Toda formación en un ser humano es de una inmensa y extraordinaria importancia. El proceso de enseñanza-aprendizaje es el transcurso que va desde el nacimiento hasta la muerte. Así pues, en todas las etapas se enseña y se aprende; después de todo, siempre se está en una constante búsqueda de la información, el conocimiento y la sabiduría.
Los jóvenes de hoy están en una constante formación. Asimismo, muchos de ellos se desenvuelven en las distintas áreas del pensamiento y las praxis diarias. La formación tecnológica es el pan de cada día. Los jóvenes incursionan en las artes y en las ciencias; en los deportes y en las letras; en la cocina y en el mercado. Es decir, los jóvenes aparecen en todas las actividades humanas.